Apuntes- Milagros Sagristá – Carta a los “qué” de la vida – Cap10

Es la acción de escribir o tomar notas. Es resaltar los textos, pero también es hacer visible a la persona, al escritor, al poeta que escribe esos… Apuntes

CARTA A LOS “QUE” DE LA VIDA

que cada litro de tus lágrimas tiene nombre y sobrenombre.
que el sol no sale todos los días ni el invierno es tan submarino y chocolate blanco.
que tristemente existen los grises en las elecciones transcendentales,
que por egoísmo, las necesidades ajenas te parecen irrelevantes, ridículas.
que el amor no es un mano a mano, sino una mano al lado de la otra.
que el kilo de tomates sube y vuelve a subir sin clemencia
que la realidad es un implacable camino de ida intervenido por la suerte
que por culpa de nosotros, la virtualidad nos enseñó a hacer el amor sin siquiera rozarnos.
que los derechos humanos no siempre están tan derechos.
que no existe lencería más seductora que una mente pensante (aunque te pierdas en una minifalda).
que vivir desapasionados y sin fervor no es sino el diagnostico de una muerte anunciada.
que el sexo casual muchas veces cuesta más de lo que vale.
que ni siquiera los ingenios de la vía láctea van ser capaces de crear un manual para padres.
que medicar para tapar síntomas no nos cura.
que las sábanas sin besos le ponen punto final al amor.
que todavía nos levantamos queriendo causar una buena impresión y nos seguimos acostamos con la misma absurda necesidad.
que gran parte de nuestras quejas las origina el aburrimiento.
que ser carnívoros nos subraya primitivos (pero cuántos aplausos merece el asador)
que las asperezas de la psiquis, después de los amigos y de los prejuicios, se liman con psicólogos.
que la única manera de tener un amigo es primero serlo uno mismo.
que por inconscientes juzgamos y por conscientes nos arrepentimos (pero casi siempre es tarde).
que los jefes casi nunca merecen sus puestos ni sus sueldos
que el paso del tiempo es entendible pero que el tiempo te pase por encima es imperdonable.
que el margen de dolor nos acompaña incesantemente, principalmente cuando amamos.
que nuestro paso por la vida es una intensa temporada de verano llena de inviernos.
que de nada estamos tan seguros como parece
que dormir, es también, un remedio casero para el olvido
que tenemos un postgrado en versos y mentiras inexcusables para hacernos cargo.
que la genética, en todas sus famas y formas, explica nuestra manera de ser.
que hay preguntas sin signos de interrogación y respuestas que mejor no saber.
que no hay cielo ni infierno posible, por más fundamentalistas que seamos, por más miedo que tengamos.
que el precio por jugar con los corazones se paga carísimo: por ejemplo con la soledad.
que el disfraz de fiel se te cae a pedazos cuando la fiesta termina y en casa te esperan .
que estar preparados es importante pero abrazar la circunstancia es primordial.
que los fondos que tocamos, por más hondos que hayan sido, nos sirvieron de excusa para expulsarnos hacia la plenitud.
que vos mismo podés ser el más terrible de todos tus enemigos.
que nada ni nadie nos devuelve el pasado (y que el pasado es nuestra responsabilidad sólo hasta lo inevitable)
que los celos siempre revelarán amor (amor por vos, amor por mí y celos por si acaso)
que por culpa del menor esfuerzo se nos vino encima la rutina.
que el presente es un ejercicio de optimismo sobre la experiencia.
que las palabras se las lleva el viento (pero qué lindas son!)
que las angustias se funden con dulce de leche, vino y horas de sueño.
Que siempre e invariablemente vale la pena correr por amor.; pero correr con vehemencia y volar bien alto porque sino no llegamos a tiempo.
Hoy, más de que de costumbre, tengo la certeza de que el amor es lo único (pero lo único) que puede salvarnos de la muerte.
Tanta apuro tenemos por decir, escribir y pedir a gritos que nos escuchen y que nos entiendan que en definitiva nos olvidamos de vivir, pero no vivir como quien no quiere la cosa ni tampoco sobrevivir, sino vivir para morir como soñamos: muertos de amor.